¡HEY! ¡ESTUVE AQUÍ!
Desde que cualquier ser humano llega a este planeta y se logra hacer consciente de todo (o casi todo) lo que le rodea, comienza a tener esa necesidad de saber el porqué y para qué de esos sucesos o fenómenos, desde algo con una sencillez extraordinaria hasta algo muy complejo como la vida misma. Sin embargo, en un inicio sólo nos son contestadas las "pequeñas" preguntas con conceptos o ideas ya estructuradas anteriormente por alguien más y que se han aceptado como una rotunda verdad por la sociedad, como por ejemplo: ¿Por qué hay que comer?, ¿Por qué sentimos dolor?, ¿Por qué puedo ver, oír o hablar?, entre muchas otras. De tal manera, poco a poco, vamos creando en nuestra mente una idea de cómo es el mundo y por qué pasan ciertas cosas. Pero no debemos conformarnos con generalidades y debemos, en este caso, responder desde nuestra perspectiva algo más complejo ¿Por qué vivo y para qué estoy aquí?...
Para iniciar, el escritor Fernando Savater en su libro Las Preguntas de la Vida menciona que cuando uno se hace consciente de la muerte física podemos cuestionarnos de mejor forma acerca de la vida y (dejando atrás los conceptos básicos que mencioné) comenzar a pensar más profundamente sobre la realidad de nuestro papel aquí en el planeta como un ser humano. Y para poder explicarlo sería necesario que el tema la viéramos de forma histórica y mencionar necesariamente "Odisea del espacio" en la que se ve claramente es necesidad del ser humano, desde tiempos legendarios, de dejar esa huella (consciente o inconscientemente) a su paso por la tierra y vivir el tiempo que sea necesario lo mejor posible , reinventándose y sin querer heredando conocimiento y mejora de la vida.
Al retomar la idea de Savater y fusionarla con lo dicho anteriormente, puedo decir que el ser humano al darse cuenta que su paso por la tierra es relativo y que puede abandonar en cualquier momento lo que le rodea, comienza a tratar e vivir mejor, de aprovechar lo que posee en ese instante y (lo más importante desde mi perspectiva) tratar de contribuir con el mundo.
Es precisamente en este punto cuando se hace presente esa necesidad del hombre (sabiendo que un día ya no estará) de dejar algo que sea palpable, que contribuya a otros y que sirva para ser "recordado" y sentir que su paso por este mundo no sea en vano. Quizá sea por egocentrismo o simplemente por un enorme miedo a morir físicamente y ser olvidado pero mucha gente ha dejado una infinidad de objetos o ideales que a otros nos han ayudado para formar nuestra personalidad y la manera en que podemos ver el mundo y la propia vida.
Claro ejemplo de este intento de "vivir" a través de los objetos heredados a la humanidad podría ser Stonehenge. Estas colosales figuras nos invitan a reflexionar acerca de lo que sus creadores nos quisieron transmitir, quizá su percepción de la vida, quizás no pero mucha gente ha querido imitar este tipo de cosas y podemos ver centros recreativos con este tipo de figuras como Carhenge y el Centro del Espacio Escultórico que son parte directa o indirectamente de esta concepción del mundo y de la vida que nos han heredado o hemos creado.
De estos lugares y de sus vistosas estructuras, surge la duda de cómo y para qué fueron creadas, ¿eso? es un misterio hasta el día de hoy y que a lo mejor será descubierto por generaciones futuras o que simplemente nunca se nos será revelado. Pero considero que lo esencial en este instante de nuestras vidas es captar nuestra propia interpretación de los menajes ocultos en estos lugares, hacerlas muy nuestras y dejar ( con nuestra antigua idea de lo que es vivir) algo que, sin importar el tamaño, ayude a otros a analizar cómo concebimos la vida y así poder decir "¡Hey! ¡Estuve aquí! ahora hazlo tuyo y ¡te toca a ti!"
Axayácatl Armenta
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