Visita a la exposición "Keramiká"
Museo Nacional de Antropología e Historia
Armenta Pacheco Axayácatl
domingo, 16 de marzo de 2014
VERSION FINAL "¿Una religiosidad a medias?" Armenta
Armenta Pacheco Axayácatl
Grupo: 623
UNA RELIGIOSIDAD ¿A MEDIAS?
Actualmente es muy común que el tema de la religión sea visto como algo
de lo cuál no se debe hablar para no contraponer nuestros puntos de vista con
los de alguien más y sólo conseguir disgustos, de ahí la conocida frase: “Ni de
futbol ni de religión hables con tus amigos”. Sin embargo, personalmente considero
que mientras más y nuevos puntos de vista escuchemos acerca de este y demás
temas considerados como “controversiales” por mucha gente, se podrá tener una
idea más clara y razonada del tema.
Esto es lo que en clase se ha venido trabajando para romper con estos
“tabús” y poder expresar, teniendo textos, películas y artículos de apoyo,
nuestra razón y concepción de “Mito, magia y religión”. El presente texto
abordará centralmente el tema de la religión en nuestro país. Basándose en el
artículo de Alejandro Tomasini titulado: “Religión
en México 1960-2010”, “Las preguntas de la vida” de Fernando Savater así
como la película “Amarás a Dios sobre
todas las cosas” del director polaco Krzysztof Kieslowski; y tratando de
demostrar que por más derrumbada que se pueda percibir la religión en el país
no desaparecerá por completo, ya que creo firmemente que en lo profundo de cada
quién se esconde una pequeña esperanza de que algo o alguien nos ayudará en los
peores momentos. En este punto quisiera ejemplificarlo y tratar de demostrarlo con un ejemplo en el cuál muchos
estamos inmersos que es: las llamadas “autodefensas” que actualmente surgieron
en algunos estados de la república.
Estos grupos ciudadanos, que actualmente han surgido a lo largo y ancho
del país: las autodefensas; no sólo tienen como labor el cuidado de sus
comunidades, sino han hecho jornadas de oración por la paz de sus estados y la
pronta “unión” pacifica, por así llamarlo, con el gobierno federal para un
trabajo conjunto. Así, por lo menos en
lo personal me mandan el mensaje directo de que a pesar de lo
desprestigiada que pueda estar la religión en el país, el pueblo sigue poniendo
aunque sea un poco de sus esperanzas y ruegos a ese ser supremo que a todos nos
han inculcado, que en estos momentos malos la religión está presente en las
mentes de los mexicanos.
Para iniciar, es importante hacer hincapié en los temas que se
relacionaron directamente con el presente: la magia y el mito. El segundo es,
considero, mucho más antiguo que la magia y me remonta a hablar acerca de la
concepción que se tenia de ello en el México prehispánico. En la actualidad, el
mito lo vemos como algo “obscuro” que no tiene explicación específica y que está
relacionado directamente con alguna creencia del hombre. Efectivamente,
considero que este concepto no se puede separar de lo que en estas líneas se
habla ya que el querer realizar rituales (en lo prehispánico o no) con ciertos
objetos es directamente una creencia o religión la que se adopta; aunque no sea
un Dios con nombre a lo que se le invoque, es una esperanza de algo mucho más
grande lo que mueve a quién lo practique.
Del mismo modo, la magia que es tomada o concebida como algo
que no tiene validez o creencias total pero al igual que el otro concepto, creo
que es una esperanza que se deposita en algo que se cree nos podrá ayudar a
salir de algún problema o inconveniente a los que nos vemos expuestos, no
teniendo una explicación específica.
Por lo anterior, me atrevería a
decir que aunque al hombre no se le inculque una religiosidad, siempre la
esperanza de saber que existe algo un poco más grande o con más influencias”
que él es lo que lo mueve, de tal manera, si pensáramos en alguna religión (la
que fuese) se aclararía que en todas se enseña que algo no viene a “rescatar”
de la vida y que existe algo más allá de este mundo pero si pensáramos en
alguien sin una religión se diría que no hay, para ellos, algo más allá de la
vida, sin embargo, creo que con alguna
esperanza que se tuviera al pensar en la muerte se está convirtiendo en una luz
que hace creer que hay una fuerza más allá de ti como por ejemplo las ganas de
trascender terrenalmente aun no estando con vida.
Al hablar de magia, el asunto se vuelve más complejo porque al oir el
concepto de inmediato nos viene a la cabeza un mago que saca de un sombrero un
conejo e implícitamente una idea de engaño o charlatanería. Es así que estos
conceptos al irse desacreditando dejan espacio a otro concepto que en el siglo
XXI contiene mucho más peso que otros: la ciencia.
El humano de este siglo, con los avances que hoy se poseen podría
considerarse que es completamente un ser científico, que basa casi todo lo que
lo rodea con la ciencia y la inmensa cantidad de cálculos, teorías,
demostraciones, etc que ésta nos puede brindar una seguridad completa en su efectividad.
Pero ¿Qué pasa con las cosas (pocas pero cosas) que no puede explicar la
ciencia? Como por ejemplo la cura repentina de un paciente que se encontraba
con alguna enfermedad terminal o la muerte de alguien al recibir un diagnóstico
médico incorrecto. Así pues, nos encontramos con la misma palabra: esperanza
que nos lleva a religiosidad.
Para ejemplificar esto, puedo hacer alusión a la película “Amarás a Dios
obre todas las cosas” en la cual a pesar de que su protagonista desea
mantenerse al margen de una creencia y poner todo en manos de la ciencia,
termina (como consecuencia de la muerte de su hijo) acercándose a la iglesia y
viendo en ella la única salvación y el único conducto de comunicación con su
hijo muerto. Quizá no hay cambiado su percepción y piense en la existencia de
un Dios, del paraíso, etc sino que la esperanza de no perder la comunicación
con su primogénito la deposita en los santos a los que su hijo tenia fe. Pone
en ellos la idea de que pueden ser un conducto hacia su pequeño.
Es cierto y muy aceptable que en este punto estén pensando: “¡claro!
Pero si yo no creo en la religión y mucho menos en la iglesia” a lo que no
tendría nada que refutar porque actualmente la religión (específicamente la
católica) ha venido perdiendo la fuerza y gran
numero de fieles por la que alguna vez se caracterizó, ello por los
múltiples escándalos en el que se ha visto envuelta la iglesia y el constante
desprestigio de medios de comunicación y opinión.
Sin embargo, y como punto central del
presente texto puedo decir que por más “pisoteada” o “calumniada” que se encuentre la Iglesia, los fieles
pueden dejar de creer en la Institución de la Iglesia Católica pero no en la
religión y a ese “derecho” de creer. De aquí la conocida frase de la gente al
preguntarles sobre la religión que profesan: “…digamos que soy creyente”
Es así que se ve el repudio en su máximo esplendor de una sociedad harta
de chantajes, mentiras, y maldad disfrazada de bondad y siempre sacando
provecho de la vulnerabilidad de la gente. Es así que una institución como
muchas otras, ha sacado provecho de la necesidad de la gente y ha tergiversado
la información de la religión a conveniencia suya, buscando siempre la ventaja
y la ganancia económica.
Como se aborda a lo largo del texto “Religión
en México 1960-2010” la iglesia ha sacado mucho provecho de la creencia de
la gente y de esa constante necesidad de saberse protegido por algo o alguien.
Pero hemos de darnos cuenta que no se ha hecho esto solo, sino que se ha tenido
por detrás al máximo representante de poder: el gobierno. En conjunto, han
jugado malvadamente con la religión y la gente para crear ambientes en los que
pueda prevalecer solamente la ganancia en muchos sentidos de ambos. Por un lado
el crecimiento económico del poder religioso así como la corrupción en casos de
pedofilia en los que recientemente se ha visto envuelta y por otro la ganancia
económica y de poder de los gobiernos en el mundo.
Sin embargo, quiero que sea punto conclusivo y de gran reflexión la idea
de que puede que la iglesia caiga en cuanto a prestigio o credibilidad pero que
la religión y la creencia de lo que por cientos de años se nos ha enseñado
jamás se podrán extinguir por lo menos del país que habitamos. Porque ¿cuantas
veces no hemos escuchado decir a alguien: “Al ser mexicano inmediatamente se es
guadalupano”? ello trae un contexto totalmente religioso pero que me remonta
(otra vez) a nuestros orígenes indígenas.
El apego tan grande que se puede notar más en la gente indígena o de
edad avanzada en nuestro país lo
considero naciente desde el momento en que se efectuó la conquista por parte de
los españoles. Al deshacerse de nuestra religión politeísta y de sernos
arrebatados a la fuerza nuestras tradiciones, dioses, festividades, etc se nos
quitó la identidad que por miles años habíamos conservado; con la implantación
de nuevas ideas, santos, Dioses, etc y con la combinación que se nos hizo creer
teníamos con ellos, no nos quedó mas que
adoptar ello y tratar de hacerlo nuestro relacionándolo con lo que fuese
de nosotros (por ejemplo la Virgen de Guadalupe con la figura e importancia de
Tonantzin la madre tierra) y así refugiarnos en la nueva religión que nos había
sido implantada.
Todo lo anterior me hace pensar en que no se puede dejar de lado la
religiosidad y creer todo o confiarlo a la ciencia porque sería renunciar a
ello que aún nos parece nuestra esencia y raíces.
Como párrafo conclusivo a este trabajo, me
gustaría mencionar que en él se desarrolló nada más mi perspectiva hacia lo
trabajado en clase, no pretendo que lo que aquí se aborda sea tomado como ,la
verdad, sino sea un punto referente o de partida para poder seguir
investigando, razonando y obteniendo nuestras propias opiniones o pensamientos
acerca de este tema tan complejo para la humanidad de la religión humana.
BORRADOR "Una religiosidad ¿a medias?" Armenta
Armenta Pacheco Axayácatl
Grupo: 623
UNA RELIGIOSIDAD ¿A MEDIAS?
Actualmente es muy común que el tema de la religión sea visto como algo
de lo cuál no se debe hablar para no contraponer nuestros puntos de vista con
los de alguien más y sólo conseguir disgustos, de ahí la conocida frase: “Ni de
futbol ni de religión hables con tus amigos”. Sin embargo, considero que
mientras no se den y escuchen nuevos puntos de vista acerca de este y demás
temas “controversiales” no se podrá tomar una idea clara y razonada del tema.
Esto es lo que en clase se ha venido trabajando para romper con estos
“tabús” y poder expresar, teniendo textos, películas y artículos de apoyo,
nuestra razón y concepción de “Mito, magia y religión”. El presente texto
abordará centralmente el tema de la religión en nuestro país. Basándose en el
artículo de Alejandro Tomasini titulado: “Religión
en México 1960-2010”, “Las preguntas de la vida” de Fernando Savater así
como la película “Amarás a Dios sobre
todas las cosas” del director polaco Krzysztof Kieslowski; y tratando de
demostrar que por más derrumbada que se pueda percibir la religión en el país
no desaparecerá por completo. En este punto quisiera ejemplificarlo y tratar
de demostrarlo con un ejemplo en el cuál
muchos estamos inmersos que es: las llamadas “autodefensas” que actualmente
surgieron en algunos estados de la república.
Estos grupos ciudadanos no sólo tienen como labor el cuidado de sus
comunidades, sino han hecho jornadas de oración or la paz de sus estados y la
pronta “unión” pacifica, por así llamarlo, con el gobierno federal para un
trabajo conjunto. Así, por lo menos en
lo personal me mandan el mensaje directo de que a pesar de lo
desprestigiada que pueda estar la religión en el país, el pueblo sigue poniendo
aunque sea un poco de sus esperanzas y ruegos a ese ser supremo que a todos nos
han inculcado, que en estos momentos malos la religión está presente en las
mentes de los mexicanos.
Para iniciar, es importante hacer hincapié en los temas que se
relacionaron directamente con el presente: la magia y el mito. El segundo es,
considero, mucho más antiguo que la magia y me remonta a hablar acerca de la
concepción que se tenia de ello en el México prehispánico. En la actualidad, el
mito lo vemos como algo “obscuro” que no tiene explicación específica y que está
relacionado directamente con alguna creencia del hombre. Efectivamente,
considero que este concepto no se puede separar de lo que en estas líneas se
habla ya que el querer realizar rituales (en lo prehispánico o no) con ciertos
objetos es directamente una creencia o religión la que se adopta; aunque no sea
un Dios con nombre a lo que se le invoque, es una esperanza de algo mucho más
grande lo que mueve a quién lo practique.
Del mismo modo, la magia que es
tomada o concebida como algo que no tiene validez “oficial” pero al igual que
el otro concepto es una esperanza que se deposita en algo que se cree nos podrá
ayudar a salir de algún problema o inconveniente a los que nos vemos expuestos,
no teniendo una explicación específica.
Por lo anterior, me atrevería a
decir que aunque al hombre no se le inculque una religiosidad, siempre la
esperanza de saber que existe algo un poco más grande o con más influencias”
que él es lo que lo mueve, de tal manera, si pensáramos en alguna religión (la
que fuese) se aclararía que en todas se enseña que algo no viene a “rescatar”
de la vida y que existe algo más allá de este mundo pero si pensáramos en
alguien sin una religión se diría que no hay, para ellos, algo más allá de la
vida, sin embargo, creo que con alguna
esperanza que se tuviera al pensar en la muerte se está convirtiendo en una luz
que hace creer que hay una fuerza más allá de ti como por ejemplo las ganas de
trascender terrenalmente aun no estando con vida.
Al hablar de magia, el asunto se vuelve más complejo porque al oir el
concepto de inmediato nos viene a la cabeza un mago que saca de un sombrero un
conejo e implícitamente una idea de engaño o charlatanería. Es así que estos
conceptos al irse desacreditando dejan espacio a otro concepto que en el siglo
XXI contiene mucho más peso que otros: la ciencia.
El humano de este siglo, con los avances que hoy se poseen es
completamente un ser científico que basa casi todo lo que lo rodea con la
ciencia y la inmensa cantidad de cálculos, teorías, demostraciones, etc que
ésta nos puede brindar estando 100% segura de su efectividad. Pero ¿Qué pasa
con las cosas (pocas pero cosas) que no puede explicar la ciencia? Como por
ejemplo la cura repentina de un paciente que se encontraba con alguna
enfermedad terminal o la muerte de alguien al recibir un diagnóstico médico
incorrecto. Así pues, nos encontramos con la misma palabra: esperanza que nos
lleva a religiosidad.
Para ejemplificar esto, puedo hacer alusión a la película “Amarás a Dios
obre todas las cosas” en la cual a pesar de que su protagonista desea
mantenerse al margen de una creencia y poner todo en manos de la ciencia,
termina (como consecuencia de la muerte de su hijo) acercándose a la iglesia y
viendo en ella la única salvación y el único conducto de comunicación con su
hijo muerto. Quizá no hay cambiado su percepción y piense en la existencia de
un Dios, del paraíso, etc sino que la esperanza de no perder la comunicación
con su primogénito la deposita en los santos a los que su hijo tenia fe. Pone
en ellos la idea de que pueden ser un conducto hacia su pequeño.
Como dije, aunque alguien diga no practicar una religión tal cuál
siempre tenderá a depositar esperanza aunque sea en un objeto o cosa banal;
convirtiéndose así en un ser creyente.
Es cierto y muy aceptable que en este punto estén pensando: “¡claro!
Pero si yo no creo en la religión y mucho menos en la iglesia” a lo que no
tendría nada que refutar porque actualmente la religión (específicamente la
católica) ha venido perdiendo la fuerza y gran
numero de fieles por la que alguna vez se caracterizó, ello por los
múltiples escándalos en el que se ha visto envuelta la iglesia y el constante
desprestigio de medios de comunicación y opinión.
Sin embargo, y como punto central del
presente texto puedo decir que por más “pisoteada” o “calumniada” que se encuentre la Iglesia, los fieles
pueden dejar de creer en la Institución de la Iglesia Católica pero no en la
religión y a ese “derecho” de creer. De aquí la conocida frase de la gente al
preguntarles sobre la religión que profesan: “…digamos que soy creyente”
Es así que se ve el repudio en su máximo esplendor de una sociedad harta
de chantajes, mentiras, y maldad disfrazada de bondad y siempre sacando
provecho de la vulnerabilidad de la gente. Es así que una institución como
muchas otras, ha sacado provecho de la necesidad de la gente y ha tergiversado
la información de la religión a conveniencia suya, buscando siempre la ventaja
y la ganancia económica.
Como se aborda a lo largo del texto “Religión
en México 1960-2010” la iglesia ha sacado mucho provecho de la creencia de
la gente y de esa constante necesidad de saberse protegido por algo o alguien.
Pero hemos de darnos cuenta que no se ha hecho esto solo, sino que se ha tenido
por detrás al máximo representante de poder: el gobierno. En conjunto, han
jugado malvadamente con la religión y la gente para crear ambientes en los que
pueda prevalecer solamente la ganancia en muchos sentidos de ambos. Por un lado
el crecimiento económico del poder religioso así como la corrupción en casos de
pedofilia en los que recientemente se ha visto envuelta y por otro la ganancia
económica y de poder de los gobiernos en el mundo.
Sin embargo, quiero que sea punto conclusivo y de gran reflexión la idea
de que puede que la iglesia caiga en cuanto a prestigio o credibilidad pero que
la religión y la creencia de lo que por cientos de años se nos ha enseñado
jamás se podrán extinguir por lo menos del país que habitamos. Porque ¿cuantas
veces no hemos escuchado decir a alguien: “Al ser mexicano inmediatamente se es
guadalupano”? ello trae un contexto totalmente religioso pero que me remonta
(otra vez) a nuestros orígenes indígenas.
El apego tan grande que se puede notar más en la gente indígena o de
edad avanzada en nuestro país lo
considero naciente desde el momento en que se efectuó la conquista por parte de
los españoles. Al deshacerse de nuestra religión politeísta y de sernos
arrebatados a la fuerza nuestras tradiciones, dioses, festividades, etc se nos
quitó la identidad que por miles años habíamos conservado; con la implantación
de nuevas ideas, santos, Dioses, etc y con la combinación que se nos hizo creer
teníamos con ellos, no nos quedó mas que
adoptar ello y tratar de hacerlo nuestro relacionándolo con lo que fuese
de nosotros (por ejemplo la Virgen de Guadalupe con la figura e importancia de
Tonantzin la madre tierra) y así refugiarnos en la nueva religión que nos había
sido implantada.
Todo lo anterior me hace pensar en que no se puede dejar de lado la
religiosidad y creer todo o confiarlo a la ciencia porque sería renunciar a
ello que aún nos parece nuestra esencia y raíces.
Como párrafo conclusivo a este trabajo, me
gustaría mencionar que en él se desarrolló nada más mi perspectiva hacia lo
trabajado en clase, no pretendo que lo que aquí se aborda sea tomado como ,la
verdad, sino sea un punto referente o de partida para poder seguir
investigando, razonando y obteniendo nuestras propias opiniones o pensamientos
acerca de este tema tan complejo para la humanidad de la religión humana.
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